jueves, 13 de septiembre de 2007

Los Nuevos Procesos de Mediación del Texto al Hipermedia


Probablemente el primer lenguaje de la humanidad fue gestual. El aquí y el ahora del lenguaje de los gestos fueron también las circunstancias de la oralidad, una oralidad que inicialmente siempre se sostuvo en la interacción conversacional. Sin embargo, todo cambia con los procesos de mediación. Los medios son soportes que registran o representan y trasladan signos y lenguajes preexistentes. Alteran, pues, las condiciones de tiempo y espacio originales. Lo oral es atrapado por la grafía de la escritura, mientras lo gestual lo es, en su caso por la pintura o el dibujo.

En realidad, la centralidad del lenguaje no es solo una opción teórica. De hecho los textos ganaron mucho espacio social y mucha fuerza en virtud de su multiplicación y abundancia. En definitiva gracias a la imprenta, el mundo social se convirtió, de ese modo, en un tejido textual. Pero con el paso del tiempo surge una nueva escritura, si la podemos llamar así. A través del dibujo, la pintura, la fotografía, el cine y el video aparecen nuevas formas de mediación y de registro de lenguajes que el desarrollo del texto había obviado y hecho desaparecer los lenguajes del cuerpo, los no verbales, los gestos, la iconicidad y sus atracciones y convenciones.

Lo que se ha denominado competencia comunicativa casi nunca ha dejado de estar referida al lenguaje oral y a su versión escrita. Por eso se ha relacionado con las capacidades semánticas y sintácticas del lenguaje verbal pero, sobre todo, aquellas que se traslucían en la escritura. En este sentido lo que ha sido un proceso derivado de una implicación metodológica se ha convertido en un axioma científico. Un axioma que, en cierta manera, ha fundado la practica de la lingüística y del análisis del discurso. De esta manera se ha considerado que el centro del lenguaje verbal es la oralidad.

El iconismo tradicional, el de la fotografía, el dibujo y la pintura realista, la película de cine o el video se basaba en la correspondencia entre el objeto representado y su propia representación. La posibilidad de manipulación humana ante un objeto-modelo era poca. Se podía elegir el encuadre, el unto de vista, y resaltar y exagerar algunos rasgos de la composición de la figura. Pero este proceso tenía algunas limitaciones, ya que era trabajoso, lento y dependía de la habilidad de una persona. Cada acto creativo era único y difícil. Y pese a todo, la sensación de realidad que provocaba en el espectador era siempre deficiente. Sin embargo, cuando aparece la posibilidad de manipular y construir imágenes mediante procesos digitales la situación cambia radicalmente.

La nueva escritura iónica está dando paso también a la aparición de una nueva forma de abstracción, con lo cual esa especie de privilegio atribuido a la escritura, la capacidad de abstraer se esta perdiendo. La abstracción del lenguaje era la que se basaba en la correspondencia de palabras y conceptos. Las palabras señalaban y constituían las clases y los tipos, es decir, las categorías, a partir de la combinación de semas o sememas; o sea de rasgos semánticas combínales.

Con esta escritura y estos nuevos medios que la acompañan se consolida un situación de comunicación muy diferente a la propiciada por el texto escrito. Los denominados hipermedios, que representan la nueva situación. Los textos tradicionales eran secuenciales y lineales, postulaban una dirección y un recorrido de lectura. Marcaban además una dinámica temporal y especifica y establecían una distancia determinada entre receptor y emisor. Los hipermedia son como el reverso de la moneda, no permiten un recorrido, sino muchos. Además están conectados a redes de tal extensión y capacidad que construyen un tiempo global que parece simultáneo y real y que de hecho, esta anulado los tiempos con que la humanidad ha forjado su historia hasta el momento.

La inteligencia de ser humano tiene que ver sobre todo, con la capacidad cualitativa y cuantitativa, para generar y analizar la información. Esta inteligencia, en realidad tiene dos dimensiones. Una interna, biológica e individual y otra externa, cultural y colectiva. En estos dos tipos de inteligencia interviene, en consecuencia, en el mismo proceso y permiten la supervivencia del individuo y de la especie, pero, de hecho, tienen formas y ritmos autónomos.

A grades rasgos, las transformaciones afectan a la naturaleza de la semiótica utilizada y a los textos de comunicación dominante. La humanidad ha pasado en muy pocos anos a disponer de temas simbólicos-iónicos relativamente escasos. Son muchas las novedades y, sin embargo, escasa la toma de conciencia sobre estos cambios, incluso se diría que el grado de conciencia en la actualidad es, en ciertos ámbitos, espectacularmente ridículo.

Para el punto de vista contenidista, el sentido es propiedad exclusiva del potencial evocador de los signos y estos son propiedad del sistema de mediación en el que se escriben. Por el estudio del sentido se debe centrar, desde este punto de vista exclusivamente al análisis del contenido. Es difícil conocer las consecuencias de todos estos procesos. Pero no podemos dejarlos de un lado. Necesitamos un nuevo concepto de competencia y una visión mas rica y plural, salir del escrituro-centrismo para seguir hablando de asuntos reales y sobre todo, para seguir luchando por la idea de poder ser dueños de nuestro propio destino social.

1 comentario:

Mercedes Aurelia Muñoz dijo...

A nuestra generación le corresponde, pues, incrementar los conocimientos en torno a ese mundo de iconos que nos rodean. Es menester ser educados en el entendimiento real de las representaciones audiovisuales, pues esto nos permitirá tener las competencias que nos ayudarán a integrarnos mejor en la Era de la información digital.